Libby Heaney no ha faltado a su ya cuarta cita con el Sónar+D, un espacio en el que su trabajo cobra todo el sentido, pues en tanto que física cuántico, con un doctorado en ciencias de la información cuántica, llegó un momento en el cual observó que su campo era en realidad una forma de arte, algo “muy creativo que consiste en soñar mundos que son inimaginables”.
Esta artista visionaria nacida en Tamworth, una localidad de 70.000 habitantes cercana a Birmingham, ha hecho este jueves, en la jornada inaugural del Sónar, un nuevo intento de explosionar las mentes de los asistentes con una performance de spoken word que titula Eat My Multiverse. No sin antes advertir que es muy crítica con la tecnología de la computación cuántica.

Libby Heaney durante la entrevista con 'La Vanguardia'
”Se están invirtiendo miles de millones, si no más, de dólares en la computación cuántica en todas partes, y lugares como MIT Press la han denominado la carrera armamentista cuántica, porque son una especie de arma. Pero la manera en la que yo la estoy utilizando es diferente: uso algunas de las computadoras cuánticas de IBM, a las cuales cualquiera puede acceder creando una cuenta, y las programo para crear algo llamado entrelazamiento cuántico entre diferentes bits. Lo que estoy creando son múltiples realidades en capas dentro de la computadora cuántica”, decía al inicio de su performance. Y acto seguido invitaba a un público exiguo -competía en el P2 a la misma hora con Chano Domínguez y Bronquio, homenajeando a Paco de Lucía- a recostarse y soñar, sentir, estar en su cuerpo, “mientras consumes mi multiverso”.
”Mis tejidos se arrugan bajo la gravedad, y mis mallas porosas lloran”, recitaba su propia poesía. O también... “Rizomas primordiales rosados que se separan y fueron separados, pues ella es ceniza dispersa....”. ”¿Un vertedero rebosante? / ¿Un tesoro abundante? / ¿Se agotará la eternidad? / ¿La salida del tiempo? / A veces estoy suspendida a la velocidad de la luz”.
¿Qué es la física cuántica en su trabajo artístico?
La uso casi como una lente o un prisma a través del cual repensar lo que significa ser humano y nuestros entrelazamientos con el mundo exterior. Así que mi trabajo no trata sobre la tecnología cuántica en sí. Es solo el medio y el método, pero se trata más sobre el yo y lo que significa ser humano.
Me baso en Jung, el psicoanalista, en su concepto de la sombra. Las partes oscuras -o pueden ser luminosas- que tratamos de ocultar”
Pero hace uso de la palabra.
He escrito un texto, un texto poético. Es bastante abstracto, muy hermoso, un poco triste, y reflexiona sobre mí misma como algo cuántico. Y me baso en Jung, el psicoanalista, en su concepto de la sombra. Las partes oscuras —o pueden ser partes luminosas— que tratamos de ocultar. Porque veo la sombra y lo cuántico como paralelos entre sí. Ambos acechan bajo el mundo visible. Visualmente, voy a leer ese texto en el escenario. Y he creado un multiverso cuántico en vivo, que estará repartido por distintas escuelas. Está hecho en el motor de videojuegos Unity. Hay algunos renders de cuerpos resbaladizos, viscosos, de distintas formas. Y hay una cámara web que me graba y me coloca en vivo dentro del multiverso también. Así que lo que se ve es este universo en capas de luz. Y uso computación cuántica para generar el movimiento y componer lo que verás en cada momento.
¿La pérdida de su hermana, hace seis años, la ha acercado más a esta idea cuántica y no binaria de la vida y la muerte?
Sí... no soy religiosa. Cuando mi hermana murió, fue muy repentino, inesperado. Me volví hacia la física cuántica, que es mi formación, como una forma de tratar de entender cómo ella podría seguir existiendo de alguna manera. Aunque racionalmente sé que suena loco, en mi corazón... en mi alma, realmente podía sentirla. A veces venía a mí, me ponía su brazo encima en sueños, o mientras caminaba por Londres. Así que no pensé que haría obras que tocaran este tema. En ese momento simplemente estaba de duelo, profundamente. Pero unos años después comenzó a aparecer en mi trabajo. Ella está presente en Eat My Multiverse también. De forma abstracta, no didáctica, sí.
Esta manera de introducir las emociones como parte del estudio de la ciencia la convierte en una creadora muy única. Probablemente estamos en una era en que esto debe ser el futuro. Esta va a ser la forma en que lo abordamos todo. ¿Llegaremos a dominar la salud de nuestras células a través de las emociones?
Déjame desglosar eso. La física cuántica ocurre a nivel de átomos y moléculas. La célula es mucho más grande, quizá un millón de veces más grande. Pero siento que el pensamiento y el sentimiento cuánticos —usar lo cuántico como metáfora para entender el yo— puede ayudarnos. Porque, a menudo en la sociedad occidental, desde Descartes, existe esta división mente-cuerpo, el dualismo. Y lo cuántico nos ayuda a ir más allá del dualismo, a pensar en la mente y el cuerpo como conectados. Y a abrazar y acceder todas las diferentes partes conflictivas y desordenadas de nosotros mismos. Como, por ejemplo, mi ira. A nadie le gusta estar enojado. Así que, a menudo, los humanos la ocultan. Pero de todos modos sale. Entonces, ¿cómo podemos estar enojados de una manera expresiva, creativa, y aceptar que todos tenemos eso? Y creo que cuando hacemos eso, nos ayuda a liberar emociones que, de otro modo, podrían enfermarnos.
Lo cuántico lleva el concepto de lo no binario más allá del uso común actual. Es cuando una cosa está en múltiples estados contradictorios simultáneamente. Se trata de ser paradójico”
Es siempre interesante el concepto de un mundo no binario, pero es bastante extraño, porque hablamos de no binarismo y fluidez al tiempo que vivimos una necesidad imperiosa de identificarnos fuertemente con algo, aunque sea lo contrario a lo que somos. ¿Por qué cree que sucede esto?
Sí, es muy curioso. A todos nos gusta una buena categoría, ¿no? Lo que podemos decir es que lo cuántico lleva el concepto de lo no binario más allá del uso común actual. Es cuando una cosa está en múltiples estados contradictorios simultáneamente. Eso es la superposición cuántica. Así que se trata de ser paradójico. Y en realidad, las partículas cuánticas son fluidas. No son fijas. No están delimitadas. No tienen un borde duro, como esta mesa. Y no abrazar las categorías. ¿Cómo podemos volvernos más fluidos? ¿Cómo podemos deslizarnos entre múltiples categorías, resistir las etiquetas y aceptar la paradoja y la incertidumbre? Creo que eso es muy diferente a lo que se entiende actualmente por no binario o queer. Uso mucho la idea de la baba o lo viscoso en mi práctica artística para evidenciar esto: ya somos viscosos, pero cómo podemos aprender a abrazar nuestro yo viscoso, convertirnos en algo distinto de una forma que no se pueda etiquetar. Y cómo podemos darle forma, porque lo cuántico no es fijo. Las partículas cuánticas no se quedan simplemente ahí en superposición. Son una bola de potencial y, dependiendo de cómo interactúan con otras cosas, emergen diferentes aspectos. Así que están en constante transformación, son cambiantes y performativas. Entonces, cómo podemos convertirnos nosotros también en algo cambiante, para no ser solo una entidad estática y fija.

Libby Heaney, durante su actuación este jueves en el Sónar
¿Esa enorme parte de nuestro cerebro que los humanos todavía no usamos es más activable a través del arte o de la ciencia?
¡Uf, el arte, definitivamente! Un ciento por cien. La ciencia —la práctica de hacer ciencia— es muy rígida. Es como estar en una vía de tren con algunas bifurcaciones, pero hay una respuesta correcta o incorrecta. Hay un modelo de realidad que concuerda con los experimentos, o está mal. En cambio, el arte yo siempre lo describo como una telaraña multidimensional. Puedes ir enredándote en todas estas hebras diferentes, en distintas direcciones al mismo tiempo, y usar la emoción, la metáfora, la corporalidad, los sentidos, el relato, las ficciones... La ciencia no hace nada de esto. Así que creo que el arte ahora mismo es una de las herramientas más cruciales que tenemos para el pensamiento y el sentimiento cuántico. Sí, es realmente importante. Y también es la herramienta para crear esa unión entre mente y cuerpo.
¿Cuán distantes siguen estando mente y cuerpo en el día a día de la sociedad occidental?
Creo que con los smartphones, las redes sociales, TikTok, Instagram… vivimos totalmente en nuestras cabezas. Yo soy adicta a las redes sociales. Ojalá no lo fuera, pero lo soy. Y a veces me olvido de que tengo un cuerpo. Solo soy un dedo deslizando, y mi cerebro recibiendo dopamina. Y creo que las grandes tecnológicas explotan nuestra humanidad para obtener beneficios, de muchas maneras distintas. Y creo que la manera de resistir eso es volver a habitar nuestros cuerpos, nuestros yo viscosos. yo practico mucho yoga y movimiento también, pero en general, en la sociedad occidental estamos muy metidos en la mente
¿Su mundo son las matemáticas, aún teniendo el doctorado en física cuántica?
Estudié física en la universidad, pero me especialicé en física teórica, que es matemáticas. No me gustaba el laboratorio, construir cosas en el laboratorio... soy demasiado desordenada para eso. Así que hice materias extra de computación y de matemáticas. Mi grado fue en el Imperial College de Londres. —El doctorado fue en Leeds. Y luego hice cinco años de posdoctorado en Oxford y en Singapur, en la Universidad Nacional de Singapur.
¿Cómo fue tu infancia, la infancia de una persona que sería a menudo la única mujer en un mundo de hombres como es el de la física cuántica?
¿Mi infancia? Un caos.
¿Ah, si?
Sí, creo que eso influye mucho en mi trabajo. Todos los monstruos en mi obra, las criaturas… son en parte autorretratos, y en parte una forma de expresar mis emociones. Crecí con una relación difícil con mi madre y con mi familia. Y en cuanto pude, me fui de mi pequeño pueblo y me mudé a Londres, una ciudad grande.
¿Algún consejo rápido para que los humanos podamos seguir siendo nosotros mismos en este mundo matérico al tiempo que empezamos a entender esta capacidad cuántica que tenemos de estar al mismo tiempo en muchos mundos paralelos?
Sí, ¿verdad? ¿Cómo podemos ser nosotros mismos y tener nuestra vida dentro de estos sistemas y, al mismo tiempo, abrazar el pensamiento y la sensibilidad cuántica, ocupando tal vez diferentes yos o diferentes realidades a la vez? Suena a “Jekyll y Hyde”, ¿no? Creo que está bien, podemos tener ambos. No tenemos por qué escoger uno u otro, porque eso sería volver al pensamiento binario. Tal vez sea a través del arte, la creatividad, los sueños, las alucinaciones, el juego, el sexo, muchas formas distintas de expandirnos a otras dimensiones... la música... estamos en Sónar, ¿sabes? Podemos entrar en esos portales donde comenzamos a sentirnos diferentes de muchas maneras.
En 10 o 20 años, cuando la computación cuántica esté plenamente desarrollada, podremos entrar realmente en esos otros mundos paralelos”
Y creo que con las tecnologías cuánticas, tal vez en 10 o 20 años, cuando la computación cuántica esté plenamente desarrollada, tendremos cosas como realidad virtual cuántica, nuevas formas de arte, e incluso tecnologías futuras que nos permitan entrar realmente en esos otros mundos paralelos. Tal vez en nuestra vida, quién sabe.
¿Eso significaría desprendernos de nuestros cuerpos y nuestra presencia en el mundo físico?
No, porque es material.
¿Sí?
Sí, lo bueno de lo cuántico comparado con la inteligencia artificial es que la IA es un código que se construye sobre la física newtoniana. La cuántica es física cuántica. Obviamente hay cuántica en muchas cosas, pero es una teoría material. No creo que tengamos que perder nuestros cuerpos. Estamos hablando del futuro, así que esto es muy especulativo, solo para dejarlo claro. Pero creo que con las tecnologías cuánticas empezaremos a entender el cuerpo, el mundo y el universo de formas que hoy no podemos imaginar. Como cuando Copérnico puso al sol en el centro del sistema solar, creo que cuando podamos ver el mundo con ojos cuánticos, vamos a empezar a entender todo de otra manera.
Y sobre esa otra dualidad que es el Eros y el Pathos, ¿cómo habrá de desarrollarse en nuestra conciencia la fluidez?
Tiene que haber una masa crítica de ideas, cosas, sentimientos cuánticos en la realidad para que podamos experimentarlo, y entonces nuestros cerebros empiezan a aprender a descomponer esas estructuras binarias con el tiempo. Probablemente muchas generaciones en el futuro. Pero estoy hablando de la sociedad occidental. En Oriente, el budismo, el taoísmo, distintas religiones orientales son mucho menos binarias que Occidente. Así que es casi como si en Occidente estuviéramos redescubriendo lenguajes indígenas a través de la ciencia. Tenemos que redescubrirlo a través de la ciencia. ¿Cómo si no?
Sónar no tuvo voz en la adquisición por parte de Superstruct con KKR. Leí mucho sobre ello para intentar entender qué había pasado”
¿Tuvo dudas sobre si acudir esta vez al Sónar debido al boicot que está sufriendo el festival por la participación del fondo KKR?
Antes que nada, estoy al 100% con el pueblo palestino. Creo que el Estado de Israel está cometiendo un genocidio y es absolutamente horrible. Tengo mi política personal. No necesito actuar mi política en Instagram. Hago lo que hago en privado. He trabajado con Sónar, esta es la cuarta vez desde 2017. Me han apoyado mucho en momentos clave de mi carrera. Así que obviamente es una situación muy complicada, porque Sónar no tuvo voz en la adquisición por parte de Superstruct con KKR. Leí mucho sobre ello para intentar entender qué había pasado. Me da pena por el Sónar porque es un festival de larga trayectoria y en general hacen buen trabajo. Así que es complicado. Quedé muy satisfecha y cada vez más con la serie de comunicados que publicaron, condenando, distanciándose de KKR, hablando con el movimiento BDS y con PAKB. Así que sí, es complicado y me entristece. Me pregunto cómo pueden los festivales conseguir el dinero que necesitan para sobrevivir sin tener que venderse. Aunque Superstruct compró hace años, cuando el fundador de Creamfields, un festival del Reino Unido, era quien estaba al frente, así que no podían prever lo que pasaría en el futuro. Pero, ¿cómo pueden existir modelos comunitarios de festivales en los que su propio público, la gente que quiere asistir, tenga voz? ¿Y cómo es que estas grandes empresas, estos fondos de capital privado, tienen tentáculos en tantas cosas que es difícil desenredarlo todo? Por ejemplo, Entanglements, el motor de juego. Una de las tecnologías que usan muchos artistas es Unreal Engine. KKR invierte en Epic Games también, y en muchísimas otras cosas. Es un lío y me pone muy triste también. Pero aun así decidí venir porque Sónar me ha apoyado mucho. Esa es mi posición.