El Sant Jordi Club de Barcelona, el hermano pequeño del pabellón olímpico situado en lo alto de Montjuïc, vivió este viernes por la noche una fiesta protagonizada por una de las bandas más seguidas y queridas del panorama musical español, Amaral, que desde hace 30 años forma parte de nuestras vidas.
El dúo zaragozano recaló en la capital catalana de la mano del Guitar BCN para una doble celebración: presentar su último disco, Dolce vita, y conmemorar sus tres décadas de trayectoria. Y lo hizo en una sala llena con 4.500 personas y con la alegría de haber recibido, minutos antes de subirse al escenario, la púa de oro, la máxima distinción del certamen, por haber construido “un universo sonoro que ha marcado a varias generaciones”.
En la que es su gira más ambiciosa en años, con una imponente puesta en escena con pantallas gigantes, pasarela, cambios de vestuario y un buen sonido, Eva Amaral y Juan Aguirre ofrecieron durante dos horas un amplio repaso a su discografía con una treintena de temas y sus particulares letras en las que abogan, sobre todo, por el amor, la amistad y vivir el momento.
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Un show pensado a lo grande con pantallas gigantes, pasarela y cambios de vestuario
Si alguien pensó que el recital solo se iba a basar en aquellos temas que a todos se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en Amaral, estaba muy equivocado. Y es que su flamante Dolce vita ha sido alabado por la crítica, con su estilo de siempre pero explorando, también, nuevos sonidos. Y ante el éxito cosechado, no fue de extrañar que la velada arrancara con una triple referencia con la homónima Dolce vita, Eso que te vuela la cabeza -ya con confeti por el aire- y Tal como soy.
Eva Amaral presumió de una gran voz durante toda la velada
No obstante, los clásicos también estuvieron presentes desde los compases iniciales con Toda la noche en la calle, una Tardes que Juan Aguirre recordó que escribieron “cuando no habíamos publicado ningún disco”, y, tras afirmar que “venir a Barcelona siempre es especial, sois los más cálidos”, un medley con las aclamadas Moriría por vos y Días de verano. Este viaje solo fue interrumpido por En el centro de un tornado, que Eva Amaral cantó sobrevolando el escenario con un largo vestido rojo.
Por su parte, Dolce vita siguió teniendo un peso fundamental con dos canciones cuya música y letra destacan por igual: Viernes santo, transformando Barcelona en Córdoba, y Los demonios del fuego como un canto contra los miedos. Y también siguiendo con la misma fórmula, como si fuera una de cal y otra de arena, Resurrección y Cómo hablar fueron nuevas referencias a aquellos primeros años en los que se atrevieron con grandes pabellones y que este 2025 volverán a visitar.
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Aunque no faltaron sus éxitos, 'Dolce vita' fue el disco que más sonó en toda la noche
Superado el ecuador del concierto, a lo mejor los presentes pensaron que ya había llegado el momento de que sonaran sin cesar aquellos temas que marcaron a una generación gracias a los exitosos Estrella de mar (2002) y Pájaros en la cabeza (2005). Y aunque estuvieron presentes con Sin ti no soy nada, con su inconfundible intro de guitarra, y Revolución, su último disco siguió como protagonista con La suerte, La unidad del dolor y una Hasta que la música se acabe que parecía poner punto y final a la velada. Pero todavía quedaban algunas sorpresas.
Las luces del escenario, de los más imponentes que ha acogido el Sant Jordi Club, se volvieron a encender y entonces dio comienzo una traca final pensada al milímetro. Y es que de esos cinco temas, tres fueron Salir corriendo, muy emotiva y cantada contra la violencia de género, la coreada Marta, Sebas, Guille y los demás y su “son mis amigos”, y El universo sobre mí, que tantas discotecas ha cerrado.
El gran escenario que presidió el Sant Jordi Club esta noche
Pero, a su vez, este gran final comenzó y acabó con dos nuevas referencias a su último trabajo y que vuelven a ser un canto al amor y a vivir el ahora: Pájaros y Ahí estás. Dos temas que esta noche también sonaron como una clara reivindicación de una banda que, 30 años después, no se acomoda y sigue publicando discos en los que comparte su exitosa fórmula de la dolce vita.
