Los ciudadanos polacos se fueron a dormir el domingo con incertidumbre sobre el rumbo político que tomará su país. Las elecciones presidenciales de Polonia arrojaban a última hora del domingo un empate técnico en los sondeos a pie de urna entre los dos candidatos de esta reñida segunda vuelta electoral, a la espera de los resultados oficiales del escrutinio, que se ha conocido este lunes.
Una vez escrutado el 100% de los votos por la Comisión Nacional Electoral en la madrugada de este lunes, la ajustada victoria ha sido para el ultranacionalista Karol Nawrocki con el 50,89 % frente al 49,11 % cosechado por su rival, el liberal Rafal Trzaskowski. El candidato derrotado pertenece al partido Plataforma Cívica (KO) del primer ministro, Donald Tusk, mientras que el vencedor, técnicamente un independiente, tiene el respaldo del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS), en la oposición desde la llegada al poder de Tusk en diciembre del 2023. Antes el PiS gobernó durante ocho años.
El resultado de esta elección presidencial tendrá importantes implicaciones para la posición de Polonia en Europa, y también para asuntos pendientes del Gobierno del país. La victoria del candidato pro-Trump, Karol Nawrocki, refuerza al PiS, partido que gobernó el país del 2015 al 2023, y, según algunos analistas, la situación incluso podría conducir a nuevas elecciones generales. La derrota de Rafal Trzaskowski es un duro revés a la agenda del primer ministro, Donald Tusk, que quería apostar por cambios sociales, como la introducción de uniones civiles para parejas del mismo sexo y una flexibilización de la prohibición casi total del aborto en Polonia.

El candidato Karol Nawrocki, con su esposa Marta y sus hijos Antoni y Daniel, celebrando el sondeo ffavorable, el domingo 1 de junio en Varsovia
La noche del domingo al lunes durante el escrutinio fue larga y tuvo en vilo a Polonia. En un primer sondeo tras el cierre de los colegios electorales a las 21 horas, el europeísta Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia, lideraba por la mínima con el 50,3% de los votos, una ventaja de solo seis décimas ante el historiador Karol Nawrocki, un neófito en política respaldado por el PiS, con el 49,7%.
En un segundo sondeo difundido a las 23 horas, que incluía algunas cifras del escrutinio, las tornas se habían invertido, y Nawrocki iba en cabeza con el 50,7%, mientras Trzaskowski contaba con el 49,3%, es decir, una diferencia de 1,4 puntos. El margen de error de ambos sondeos, elaborados por Ipsos por encargo de las televisiones TVP, TVN y Polsat era de dos puntos, así que en la noche del domingo los dos candidatos reivindicaban sus respectivas opciones de victoria.
El perfil del vencedor
Karol Nawrocki, que fue boxeador semiprofesional, hizo campaña con una visión de los intereses polacos en contraposición a los europeos
“Hemos ganado; uniré a la gente, seré constructivo, seré un presidente para todos los polacos, seré vuestro presidente”, había festejado Trzaskowski ante sus simpatizantes en Varsovia tras el primer sondeo. “Necesitamos reconstruir la comunidad. Estos resultados demuestran lo reñidas que estaban las elecciones. Y creo que mi primera tarea como presidente será acercarme a quienes no votaron por mí”, añadió el político de 53 años. Mientras, su contrincante Nawrocki, de 42, arengaba a sus partidarios: “Esta noche ganaremos; ganaremos y salvaremos a Polonia. No permitiremos que Donald Tusk tenga todo el monopolio del poder”.

El alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, y su esposa Malgorzata celebrando el primer sondeo de la noche, favorable para él, en Varsovia el 1 de junio
Karol Nawrocki, irador de Trump, con quien se vio recientemente en la Casa Blanca, hizo campaña con el lema “Polonia primero, los polacos primero”, con una visión de los intereses polacos en contraposición a los europeos. Si bien promete mantener el respaldo polaco a Ucrania en su guerra contra el invasor ruso, rechaza el ingreso de ese país en la OTAN y critica la ayuda que se presta a los refugiados ucranianos en Polonia. Nawrocki, que fue boxeador semiprofesional en su juventud y presume de sus orígenes humildes en Gdansk, ha proporcionado escándalos, como cuando en campaña se desveló que había comprado una vivienda a un anciano en condiciones dudosas.
Al votar el domingo en la ciudad norteña de Sopot, el primer ministro Donald Tusk declaró a los periodistas presentes su convicción de que estas elecciones presidenciales, “de alguna manera, son especialmente importantes” y afirmó que “independientemente de cuánta gente vaya a votar, lo importante es que los ciudadanos decidan”. La derrota de su candidato a la presidencia le inflige un grave revés que compromete todavía más su obra de gobierno y sus reformas, ya bloqueadas por el presidente saliente, Andrzej Duda, también originario del partido Ley y Justicia (PiS).
Tensa cohabitación
Andrzej Duda, presidente saliente de Polonia y originario del PiS, obstruyó las reformas del primer ministro, Donald Tusk
En Polonia, el presidente desempeña un papel protocolario en la gobernanza diaria y la representación exterior, pero está dotado de cierto poder de veto que puede resultar crucial, sobre todo en épocas de cohabitación como la actual. De ese poder se ha valido Andrzej Duda para impedir que Tusk cumpla muchas de sus promesas electorales, como las reformas judiciales, la liberalización de la restrictiva ley del aborto y la introducción de las uniones civiles para parejas del mismo sexo.
Como jefe de Estado, el presidente en Polonia posee derecho de veto legislativo, puede enviar leyes al Tribunal Constitucional –cuyos actuales jueces han sido nombrados en su mayoría por parlamentos anteriores dominados por el PiS–, es comandante en jefe de las fuerzas armadas y debe aprobar todos los nombramientos importantes, como por ejemplo los de los embajadores.

Apertura de urnas para iniciar el escrutinio en un colegio electoral en Gdansk, el 1 de junio
“La Constitución polaca entró en vigor en 1997 y dio este papel al presidente como elemento de control y de equilibrio ante la sólida posición del primer ministro”, explicó la socióloga y economista polaca Maria Skóra durante un encuentro en Berlín del laboratorio de ideas Democracy Reporting International (DRI) previo a la cita electoral. “La intención era buena, pero, como hemos podido ver, las competencias del presidente pueden ser utilizadas de modo muy político y agravar conflictos. La falta de voluntad política de cooperación y de cohabitación constructiva hace que este sistema pueda ser contraproducente”.
Alta afluencia a las urnas
La participación en esta segunda vuelta de los comicios presidenciales fue del 71,7%
Rafal Trzaskowski se opone al pacto europeo de migración y asilo –esta es una postura muy transversal en Polonia, que comparte también su oponente Nawrocki– y apoya la entrada de Ucrania en la OTAN y en la UE, pero no el envío de tropas a territorio ucraniano. Rafal Trzaskowski lideró la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas el 18 de mayo y con trece candidatos en liza. Trzaskowski tuvo el 31,36% de los votos, mientras que Karol Nawrocki quedó segundo con el 29,54% de los votos.