Los marines, símbolo global del ardor guerrero estadounidense, ya están en Los Ángeles. Listos para responder junto a los militares de la Guardia Nacional, aunque en principio no se implicarán en la represión de las protestas contra las redadas para deportar indocumentados.
El presidente Donald Trump ha militarizado Estados Unidos. No solo no piensa bajar la apuesta en la metrópolis californiana, sino que este martes lanzó un aviso al resto de ciudades. Ninguna se irá de rositas si se oponen a las acciones de caza de simpapeles.
“Esta es la primera de las operaciones, tal vez de muchas. Si no hubiéramos atacado ésta con fuerza, habríamos visto lo mismo en todo el país”, respondió en el despacho oval. “Puedo informar al resto que cuando lo hagan (protestar), si lo hacen, se enfrentarán a una fuerza igual o mayor”, amenazó.
Las manifestaciones en contra del ICE y a favor de los inmigrantes empiezan a extenderse por el país, a pesar de las intimidaciones militares de Trump. Hubo arrestos en Nueva York, en Chicago se produjeron choques con los uniformados sobre todo al subir la tensión con un coche que aceleró contra la gente y que huyó, en principio sin causar daños. Numerosos ciudadanos salieron a la calles en San Francisco o Atlanta, entre otros lugares.

Militares estadounidenses orando ayer en Fort Bragg para conmemorar el 250 aniversario de la creación del Ejército de EE.UU.
En línea con esa intimidación, el presidente volvió a calificar a los manifestantes de delincuentes y de insurrectos, por lo que de nuevo flotó la temida idea de que aplique la ley de insurrección de 1807, que permite al ejército tomar el control de las calles bajo su autoridad.
“Si hay una insurrección, ciertamente la invocaría, ya veremos, pero la noche anterior (aludía a la del domingo) hubo ciertas áreas de Los Ángeles que podrían llamarse insurrección, fue terrible”, recalcó.
El martes se detuvieron a casi 200 personas en un día en el que toque de queda se extendió de las 8 de la tarde a las 6 de la mañana
Además, se colgó la medalla por haber evitado un cataclismo en Los Ángeles, que habría ardido de no ser por su orden, aunque la primera noche (la que describió de terrible) con los de la guardia nacional custodiando edificios fue la jornada más fiera. “Hemos frenado un desastre. Haciendo lo que he hecho, he parado la violencia en Los Ángeles”, sostuvo.
El gobernador de california, el demócrata Gavin Newson, planteó una moción judicial de emergencia para bloquear el despliegue militar. “Trump está poniendo al ejército de Estados Unidos contra los ciudadanos de Estados Unidos. El tribunal debe poner fin de inmediato a esta acciones ilegales”, recalcó. El juez no concedió la emergencia y convocó una audiencia para el jueves.
Horas después, en una comparecencia televisada y con tono gubernamental, Newson hizo ante la nación un duro retrato de Trump, al que acuso de “un descarado abuso de poder” al enviar soldados y marines a Los Angeles, con lo que “inflamó una situación combustible, poniendo en peligro a la gente, a nuestros policías e incluso a la guardia nacional”. Remarcó que ”ha escalado la situación al elegir la teatralidad por encima de la seguridad”.
“Trump no se opone a la anarquía y la violencia mientras le sirva. ¿Qué más evidencia necesitamos que el 6 de enero?, afirmó recordando aquella jornada en que las turbas trumpistas asaltaron el Capitolio instigados por el propio presidente, que no movió un dedo.
Según el gobernador, al enviar las tropas para aplacar las manifestaciones, no peores que otras vividas en otras ocasiones, el presidente ha puesto a la nación “en el precipicio del autoritarismo”.
“Esto no va solo de las protestas en Los Angeles. Esto es California primero pero no la últimas de su pulsión autoritaria. Cuando busco autoridad general para comandar la Guardia Nacional, hizo que la orden se aplicara a todos los estados. Otros estados son lo próximos, la democracia es lo próximo, la democracia esta bajo ataque ante nuestros ojos”, reiteró. Y avisó que la nación está “al borde del precipicio del autoritarismo”.
Desde que Trump inició la guerra contra los trabajadores inmigrantes indocumentados y militarizó la ciudad de la costa oeste con la Guardia Nacional y los marines, Los Ángeles amanece a diario como un melón. No se sabe cámo será la jornada hasta que se abre con las horas.
El martes, la policía arrestó a casi 200 personas, la cifra más alta desde que el pasado viernes comenzaran las detenciones de inmigrantes y las protestas. La policía frustró un intento de ocupar una autopista, se produjeron enfrentamientos, los militares de la guardia nacional salieron para custodiar una operación de los agentes fronterizos (ICE).
A la vista de los incidentes, entre estos el saqueo de una veintena de establecimientos, a partir de los datos municipales, la alcaldesa Karen Bass ordenó el toque de queda en algunas partes del centro de la ciudad entre las 8 de la tarde y las 6 de la mañana. Bass fue clara, quien estuviera en esas zonas desde las ocho de la noche a las seis de la mañana, sería detenido.
El anuncio y la presencia policial resultaron disuasorios. Las calles estaban muchos más vacías que las jornadas previas, pero no faltaron los arrestos. Los vecinos lo agradecieron, mientras que la Filarmónica de Los Angeles tuvo que suspender la función al estar dentro del perímetro afectado.
Circunvalando la autoridad del gobernador Newsom, Trump ordenó el despliegue de 4.000 tropas de la Guardia Nacional y de un batallón de 700 marines. “Se irán cuando no haya peligro”, aclaró Trump. Para los analistas, es el escenario de pelea que ansiaba el presidente.
Y eso que la misión militar en California –siendo él un defensor a ultranza del recorte de gastos en la istración, objetivo para el que nombró a su ex amigo Elon Musk empleado especial del gobierno– supondrá un gasto de al menos 134 millones de dólares. Así lo declaró este martes en el Conreso Bryn MacDonnell, jefe del presupuesto del Pentágono.
El gobernador de California pide de emergencia a la justicia que bloquee el despliegue militar
Eso no parece importar a Trump, ni el daño que pueda causar al motor económico californiano, cuando las protestas en esa ciudad representan la oportunidad perfecta que fusiona poder, política y espectáculo.
“Nos prometieron que estas redadas serían para buscar a criminales violentos, gente que tenía órdenes de arresto”, dijo la alcaldesa, para denunciar que el caos solo se ha registrado una vez que el pasado viernes irrumpieron los agentes de fronteras (ICE).
“No sé cómo hemos ido de los traficantes de drogas a un Home Depot (una de las grandes cadenas comerciales), donde hay personas que solo intentan ganarse la vida, que van a diario en busca trabajo”, lamentó Bass en una rueda de prensa.
“Nos explicaron que esas personas no serían detenidas y me hace sentir que somos un laboratorio de prueba de lo que ocurre cuando el gobierno federal interviene y le quita la autoridad al estado o al gobierno local. No creo que nuestra ciudad deba ser usada como experimento para ver qué sucede en la segunda ciudad más grande del país”, añadió la alcaldesa.
“He leído la descripción de que nuestra ciudad está invadida por extranjeros ilegales y criminales, violentos insurrectos que atacan a funcionarios federales. No sé si alguien ha visto eso, pero yo no lo he observado. Ha habido violencia, en un puñado de calles, y toda violencia es inaceptable, pero la descripción de una invasión de inmigrantes es inaceptable. Lo que ha de hacer el Ejecutivo es acabar con las redadas”, aconsejó.
Vecinos de Los Ángeles relatan que los estragos se producen en medio de manifestaciones mayoritariamente pacificas y que, como señaló Bass, se limitan a unas pocas calles del downtown . Pero la Fox y los medios y redes sociales afines al gobierno, que es donde bebe Trump, no cesan en la repetición las imágenes de coches quemados, destrozos y grafitis. “Estamos felices de tener esta pelea”, confesaron fuentes de la Casa Blanca a la cadena NBC. Están convencidos de que esto da mucho rédito popular.
Trump dice que llamó a Newsom para criticar su trabajo y éste asegura que no tiene ninguna llamada
Una de esas peleas involucra a Newson. Trump afirmó este martes que habló el lunes con el gobernador de California, de quien aseguró que lo mandaría detener, y que le había dicho que “debería hacer un trabajo mejor, ha hecho un mal trabajo y ha causado muerte o potencial muerte”. Las autoridades no han reportado que haya habido ni una sola víctima mortal.
Newson respondió: “Los estadounidenses deberían estar alarmados de un presidente que despliega marines y ni siquiera sabe con quien ha hablado Su portavoz apostilló que “no hay llamada perdida, ni mensaje de voz. Nada”.