En el mundo de la investigación y la innovación, como en el fútbol de élite, el talento y el dinero se mueven hacia donde tienen más posibilidades de prosperar y de triunfar. Y al igual que le ocurre ahora al Barça, la Barcelona del conocimiento es vista como una ciudad ilusionante, pero que aún está en proceso de convertir su gran potencial en valor económico, y que no ofrece sueldos tan altos como otras ciudades que juegan en la Champions de la ciencia.
Por ahora, Barcelona ha conseguido captar la atención del mundo en ciencia e innovación. Es la tercera ciudad preferida de Europa para ubicar una nueva startup, solo por detrás de Londres y Berlín, según una encuesta a emprendedores publicada en el Informe Europeo de Startups del 2023. Es la novena del mundo, y cuarta europea, en el ranking de ciudades más atractivas para trabajar en el extranjero, según el informe Decoding Global Talent 2024 basado en encuestas a profesionales con movilidad internacional. Y es la 22 del mundo, y sexta europea, en producción científica académica, según un estudio de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).
Estos datos se ven confirmados por los testimonios de directores de centros de investigación, como Luis Serrano del Centre de Regulació Genòmica (CRG) o sc Posas del Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona), entre otros, que reciben con frecuencia consultas de científicos de otros países interesados en instalarse en Barcelona, y más desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Es la tercera ciudad preferida de Europa para ubicar una startup, solo por detrás de Londres y Berlín
Han contribuido a esta visión de Barcelona como “un lugar al que hay que ir” la calidad de vida que los visitantes encuentran en la ciudad, con un clima agradable la mayor parte del año, y una combinación de vida social, entorno natural, actividad cultural y oferta gastronómica atractivos. Pero la calidad de vida no es condición suficiente para atraer talento.
La condición necesaria es la capacidad de ser competitivos en ciencia e innovación. A esto ha contribuido la eclosión de un ecosistema que integra universidades, hospitales, centros de investigación, centros tecnológicos, empresas innovadoras y fondos de capital riesgo, y en el que destaca la aportación de instituciones científicas de excelencia.
Ha contribuido también de manera decisiva el cambio de actitud de gobernantes y directivos hacia la investigación, que antes era vista con indiferencia y ahora es vista como una necesidad –un cambio opuesto al de Estados Unidos, que antes protegía la ciencia como una necesidad y ahora la trata con hostilidad, lo que supone una amenaza global y puede ser una oportunidad para Europa–.
Hoy en Catalunya defienden
la ciencia y la innovación los gobiernos (municipal, autonómico, central y europeo: todos alineados), entidades bancarias, medios de comunicación y un número creciente de empresas, que necesitan la investigación para ser competitivas.
Biomedicina y tecnologías fotónicas y de computación destacan como las áreas de investigación en que Barcelona más despunta
Biomedicina y tecnologías fotónicas y de computación destacan como las áreas de investigación en que Barcelona más despunta y las que concentran las principales inversiones previstas para los próximos años.
En biomedicina, Barcelona y su área metropolitana cuentan con una red de hospitales universitarios que se han convertido en referentes internacionales en algunas áreas de investigación clínica. Como ejemplo, los cánceres de hígado se clasifican en todo el mundo según la escala BCLC, por las iniciales de Barcelona Clinic Liver Cancer, pues es una escala desarrollada en el hospital Clínic.
El área metropolitana cuenta también con una potente industria farmacéutica, que combina compañías surgidas en Catalunya que se han internacionalizado y multinacionales con sedes centrales en otros países que han abierto instalaciones en Catalunya. Entre ellas destaca el nuevo Hub Global de I+D de AstraZeneca, ubicado en un espacio de 25.000 metros cuadrados en el edificio Estel en el Eixample, en el que la compañía invertirá 1.300 millones y en el que trabajarán 2.000 personas.
Barcelona tiene asimismo centros de investigación biomédica que atraen inversiones europeas y de los que surgen startups con el objetivo de trasladar los resultados científicos a crear riqueza y a mejorar la atención de los pacientes. El próximo que se inaugurará es el CaixaResearch Institute, íntegramente dedicado a la inmunología para mejorar el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, infecciosas, oncológicas y autoinmunes, que iniciará su actividad a finales de este año y tendrá más de 500 trabajadores cuando esté a pleno rendimiento en el 2033. Vendrá después el Antic Mercat del Peix que alojará a 1.200 investigadores y está previsto inaugurar entre el 2027 y el 2028.
En total, trabajan en biomedicina más de 1.400 empresas y 264.000 profesionales en Barcelona y su área metropolitana –aunque no todos ellos dedicados a la investigación–, según datos de Barcelona Global.

Imagen virtual del complejo del Antic Mercat del Peix
El proyecto del Antic Mercat del Peix
El Antic Mercat del Peix, actualmente en construcción junto al parque de la Ciutadella, iniciará su actividad en el 2027 y contará con unos 1.200 investigadores cuando esté a pleno funcionamiento a finales de la década. Se espera que convierta el entorno de la Ciutadella en uno de los polos científicos más dinámicos de Europa y que su impacto se note en toda Barcelona en forma de impulso a la investigación, atracción de talento y creación de startups.
El campus del Antic Mercat del Peix contará con tres edificios que sumarán una superficie total de 45.000 metros cuadrados. El mayor de los tres será el del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), con ocho plantas sobre rasante y capacidad para unos 900 investigadores. Allí se trasladarán el Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona), con sus 450 investigadores, así como una parte importante del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC) y algunos grupos del Centre de Regulació Genòmica (CRG), el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO) y el Institut Català de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2).
Los otros dos edificios estarán conectados entre ellos en una estructura con predominio de madera y cristal. El más alto, con cinco plantas sobre rasante, alojará el Institut de Biologia Evolutiva (IBE) y contará con laboratorios dedicados a genómica, biología del desarrollo, biología computacional y ADN antiguo, entre otras áreas de investigación. Junto a él se está construyendo el edificio del Ágora Barcelona para el Bienestar de la Sociedad de la UPF, dedicado a ciencias sociales con el objetivo de aportar evidencias científicas que ayuden a mejorar las políticas públicas.
Antic Mercat del Peix
Un nuevo campus formado por tres edificios que se destinarán a la investigación

En tecnologías fotónicas y de computación, que pueden tener un impacto relevante en la economía local en un futuro a medio plazo, las joyas de la corona son el Barcelona Supercomputing Center (BSC-CNS), con sus superordenadores MareNostrum, y el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), con sede en Castelldefels.
Las próximas grandes inversiones en estas áreas se destinarán a la creación de chips fotónicos en el marco de un proyecto europeo liderado por el ICFO y dotado con 380 millones de euros; a la creación de chips de silicio de alto rendimiento para proteger la soberanía tecnológica europea en el marco de otro proyecto europeo, este liderado por el BSC-CMS y dotado con 240 millones; y a la construcción de la fábrica Innofab de preproducción de chips, dotada con 392 millones, junto al sincrotrón Alba, en Cerdanyola del Vallès.
Chips para la soberanía europea
El Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), con sus superordenadores MareNostrum, ha aportado la capacidad de cálculo necesaria para impulsar la investigación en Catalunya en áreas tan variadas como la genómica, la predicción climática, la ciencia de materiales o la modelización de proteínas, entre otras. Pero el proyecto estratégico más importante de cara a los próximos años sea posiblemente el desarrollo de chips propios. Se trata de un proyecto que Mateo Valero, director del BSC-CNS, defiende desde hace años como imprescindible para que Europa deje de depender tecnológicamente de EE.UU. y de países de Asia. La Comisión Europea ha apoyado el proyecto, ahora llamado DARE, que contará con un presupuesto de 240 millones de euros para su primera fase. El objetivo es que el futuro superordenador MareNostrum 6, que sustituirá al actual MareNostrum 5 hacia el 2028, así como otros futuros ordenadores de la red de supercomputación europea, ya incluyan chips diseñados en Europa
Siguiendo un modelo similar al de la Masia del Barça, gran parte de los puestos de trabajo que se están creando recaen en personas formadas en el entorno de Barcelona, al tiempo que se incorporan profesionales diferenciales procedentes de otros lugares en operaciones de atracción de talento.
Para los ayuntamientos del área metropolitana y para la Generalitat, la apuesta por la investigación y la innovación se enmarca en una estrategia de desarrollo económico que defiende el conocimiento como motor de progreso. El conocimiento se suma así, pero no sustituye, a otras fuentes de riqueza como el turismo o el comercio. La buena imagen internacional de la ciudad en los sectores de ciencia e innovación es la prueba de que el motor ya ha arrancado y Barcelona ha alzado el vuelo. La incógnita ahora es saber a qué altura llegará.