El invierno es la temporada de las coles, una hortaliza que genera reacciones de amor y de odio. Por un lado las coles son un alimento muy rico en nutrientes pero por otro, su aroma y sabor intenso pueden alejar a muchos consumidores. Pero aunque no sea un alimento muy apreciado por su sabor sí lo es por sus múltiples propiedades para la salud.
Un alimento con grandes propiedades nutricionales
Las coles son un grupo de hortalizas dentro de las cuales se encuentra el brócoli, la coliflor, el repollo, y las coles de Bruselas, entre otras. Se caracterizan por ser alimentos con pocas calorías, alto contenido en fibra, y mucha agua, por lo que resultan un alimento idóneo si se busca comer ligero o adelgazar.
Las coles son fuente de vitaminas y minerales importantes para la salud del organismo. Cabe destacar que una col aporta más vitamina C que una naranja, además de carotenos, o vitaminas del complejo B como el ácido fólico.
Es importante introducir la col en la dieta de las personas mayores ya que aporta minerales como potasio, calcio o magnesio, nutrientes indispensables para el cuidado de los músculos y los huesos, así como para el funcionamiento de sistema nervioso.
La peor cualidad de las coles que es su olor y sabor fuerte es a la vez su mejor característica. Ese olor se debe a que son fuente de compuesto sulfatado que combate el envejecimiento, los microbios y es un potente antiinflamatorio. Este compuesto protege al organismo de muchas enfermedades como las úlceras estomacales o incluso el cáncer.
Conservar la col
Los mejores y mas ricos repollos o coles son pesados, compactos, de hojas brillantes, crocantes, sin manchas ni desgarros.
De esta forma pueden conservarse en la nevera hasta 2 semanas, siempre en el cajón de las verduras o en una bolsa previamente perforada porque su fuerte aroma puede transmitirse a otros alimentos.
¿Cómo introducir la col a nuestro menú?
La mejor manera de consumir la col es cruda en ensalada, ya que mantiene todas sus propiedades intactas. Aun así, se pueden cocinar de varias formas para introducirlas en el menú diario.
Al vapor o hervidas para introducirlas como parte de una sopa o crema. Se podría elaborar un crema de col lombarda con aceite de albahaca y crema agria vegana.
Asadas acompañando pasta, arroz o carnes. Por ejemplo unos espaguetis integrales con coliflor asada o unos espaguetis con brócoli y queso súper crujiente.
Salteadas como guarnición de carnes y pescados. Una de las múltiples recetas sería un redondo al horno con salsa de queso y frutos secos con brócoli salteado.
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