“Prohibir el móvil no lo soluciona todo: el 90% del tiempo están fuera de la escuela”

Entrevista a Màrius Martínez, coordinador de la comisión digital para las escuelas

Dirigirá una comisión de 50 profesionales que hará un diagnóstico sobre cuál debe ser el uso y la educación digital de los estudiantes 

Coordinó la comisión sobre el uso de la IA como vicerrector de la Universitat Autònoma de Barcelona 

MÁRIUS MARTÍNEZ, PREFESOR UAB Y PEDAGOGO

Màrius Martínez

Mané Espinosa

La semana pasada el Departament d’Educació y FP creó la Comisión para la digitalización responsable en los centros educativos para elaborar criterios y recomendaciones a la comunidad educativa sobre el uso digital. Màrius Martínez, pedagogo y exvicerrector de la UAB, es el coordinador. La consellera Esther Niubó lanzó dos preguntas a la comisión: si debe prohibirse el móvil en secundaria, eliminando incluso los usos pedagógicos, y si hay que retirar el material tecnológico en la etapa de infantil.

Familias

“La alarma ha saltado, sobre todo, por el uso personal que se hace de estas tecnologías”

¿Prohibir pantallas? ¿Escuelas aisladas de un mundo que ya es digital ? ¿No es dejarse llevar por el pánico social?

Las dos preguntas que la consellera ha planteado son provocadoras, tienen la intención de abrir un debate. Pero el encargo va mas allá. Es hacer un diagnóstico sobre el uso de pantallas en niños y jóvenes de entre 3 y 16 años. Y no se refiere solo a móviles sino a todo tipo de pantallas. Nosotros queremos introducir más que normas, criterios.

El diagnóstico, ¿sobre qué es en concreto?

Pues de qué usos se realizan, en qué contextos, qué problemas y riesgos y desafíos plantea, pero a la vez qué buenas prácticas podemos identificar también, a todos los niveles. Y tratar de dar recomendaciones en cuatro niveles. Los primeros, al Departament y a los centros. No puede ser café para todos, hay algunos alumnos que no disponen de tecnología en su entorno personal y es bueno que el centro les dispense. También habrá orientaciones al profesorado y a las familias.

Parece que hay consenso en las escuelas de que el móvil es un disruptor de la atención y que los alumnos no siempre hacen un bueno uso de los portátiles en el aula.

La realidad escolar es muy compleja. Depende de la edad, del centro, del contexto. En algunas escuelas podríamos perfectamente prescindir de casi todas las tecnologías o usarlas adecuadamente. En otros, habría que introducirlas más, como le decía, para no aumentar la brecha digital. Yo creo que la alarma ha saltado, sobre todo, por el uso personal que se hace de estas tecnologías o por el uso de tecnologías personales en contextos donde no deben usarse o solo para uso estrictamente pedagógico. Y el profesorado necesita ayuda del propio sistema que le empodere, le refuerce en la autoridad como para hacer lo que cree que tiene que hacer en cada momento. En algunos momentos es perfecto que no haya ninguna tecnología en el aula sino el cara a cara. Es lo mismo que pasa cuando en una familia un niño dice: me aburro. Hay familias que entran en pánico y lo solventan con una pantalla. ¡Pues es muy saludable tener tiempo no organizado!

Precisamente se ha hecho mucho hincapié en recomendaciones a las familias. Algunas están muy preocupadas y otras, no tanto.

Las familias son clave. Los niños pasan el 90% de su tiempo fuera de la escuela.[Aclaración para los lectores: Un alumno en una escuela pasa al año 792 horas y un año tiene 8.760 horas en total]. El 10% no lo resolverá todo. Cuando un padre ve que su hijo usa mucho el móvil, que se pregunte qué uso hace él mismo del teléfono. Muy a menudo es muy intensivo. ¿Se guardan espacios sin móvil¿ ¿Se cena sin mirar los whatsapps? Y luego están los más pequeños (0-3 años). Allí hay un consenso en la investigación sobre el impacto nocivo.

¿El sentido es un trabajo pedagógico? ¿Cree que en un futuro nos impactará tanto ver a un niño de esa edad con un móvil como ahora nos impacta que reciba un bofetón?

Esa es la idea. La investigación en el ámbito científico es clara: retrasa el desarrollo, provoca problemas cognitivos, genera menos conexiones neuronales. Al hacer una interacción con una realidad bidimensional se pierde mucha riqueza, por mucho que sea hiperestimulante. Desatención, ansiedad, insatisfacción, memoria, relación...

“Hay que hacer un examen permanente de cuán relevante es lo que hacemos los docentes”

También se oye que provoca todo eso en otras edades más mayores, aunque la investigación no es tan contundente.

Vivimos en un mundo tecnológico y, por lo tanto, la alfabetización tecnológica es necesaria para operar en este mundo. Ahora, ¿cuándo y en qué condiciones? En educación, lo importante es tener claro el propósito, el para qué y el cómo. Por lo tanto, no olvidemos que hay que alfabetizar a niños y jóvenes y hacerlos competentes digitalmente.

¿No existe este propósito hoy en las aulas?

Creo que sí. Puede que falte competencia digital en algunos docentes y en algunos alumnos. Pero decir que se ha hecho mal, no. La consellera dijo que no había que poner en cuestión todo lo que se ha hecho, sino revisar de forma periódica lo que hacemos. Trabajaremos en sentido propositivo. Y siempre pensando que los niños y jóvenes son sujetos de pleno derecho y que debe prevalecer el bien y el interés del menor.

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Trabajarán en dos grupos uno de salud y otro educativo. ¿No cree que el de salud velará por protegerlos de los riesgos y el educativo defenderá los aprendizajes digitales?

Habrá disensos, claro. Los reflejaremos y quien tenga que tomar decisiones que las tome. Con el alcohol pasa lo mismo. Los cardiólogos dicen que es cardiosaludable, los hepatólogos dicen que es hepatotóxico. ¿Dónde está el punto de equilibrio?

El problema es que detrás de las investigaciones hay intereses concretos, como también los hay detrás de aquellos que fomentan el miedo. No es fácil situarse y tampoco lo será elaborar un documento final.

Yo creo que vamos a buscar ese punto de criterio educativo, ese es el encargo. Pero le pondré un ejemplo. Antes, las charlas de educación sexual las hacían los médicos y explicaban el aparato reproductivo, los anticonceptivos o las enfermedades. Todo eso es información sexual muy importante. Ahora, ¿cómo es una afectividad saludable o a partir de qué edad se inician las relaciones sexuales? O yo, como padre, ¿dejo a mi hija dormir con su novio a los 15, a los 16, a los 18 años? Ahí el médico no tiene nada que decir. En la comisión, habrá aportaciones de carácter técnico y social. Pero la última parte del trabajo lo van a hacer personas del ámbito educativo. Y luego el Departament d’Educació decidirá, así como cada centro en función de sus alumnos.

Universidad

“Hay profesores que lo que quieren es una plataforma antiplagio, para detectar si los alumnos copian; eso es ponerle puertas al campo”

Usted coordinó una comisión sobre las IA en la universidad cuando era vicerrector a la Autònoma de Barcelona.

Yo coordiné esa comisión mientras fui vicerrector. Había profesionales de todas las facultades y fue un trabajo muy interesante, justamente para poner en valor algunas cosas y buscar criterios en otras.

¿Y qué es lo que se puso en valor y qué no?

Lo que se pone en valor es que esa es una tecnología que nos guste o no va a estar presente en todas partes. Por lo tanto, hemos de hacer competentes a nuestros alumnos, universitarios en este caso, en el uso de esa tecnología. ¿Por qué va a estar presente? Porque va a afectar a todas las profesiones. Teníamos ejemplos de profesores de literatura inglesa que la usaba para motivar a los alumnos en una asignatura de la que no mostraban mucho interés, poesía inglesa. Le pidieron a la IA hiciera un soneto como si fuera Shakespeare. A partir de ahí lo compararon con sonetos de Shakespeare reales, analizaron las métricas, los rasgos estilísticos. Un profesor de derecho utiliza la inteligencia artificial para hacer simulaciones de juicios. Y la IA es abogado defensor o fiscal o el propio procesado. O le puedes decir que se convierta en un personaje para ser entrevistado.

Y resulta que el trabajo es formular la pregunta.

Eso es. Hay prácticas sensacionales de uso de la inteligencia artificial. Pero hay profesores que lo que quieren es una plataforma antiplagio, para detectar si los alumnos copian. Eso es ponerle puertas al campo.

Pero, cómo saber si lo hacen con ChatGPT? 

 ¿Tiene sentido en estos momentos pedir a un alumno un trabajo que tenga 100 hojas? Yo creo que no o muy excepcionalmente. En todo caso, si ha usado IA hay que preguntarle, ¿en qué ámbito? ¿Cuáles son los prompts que has utilizado? ¿Qué sistema de refinamiento has ido utilizando? Eso te da mucha información.  Yo lo he usado en tutorías de máster, con un alumno que no tenía claro cómo organizar el marco teórico. Nos salió una primera versión muy clásiquita. A la cuarta o quinta ya salían cosas muy bien hechas. Y el estudiante aprendió mucho. Y también puedes poner límites: ¿tu aportación cuál ha sido?

Implica un cambio en la manera de enseñar.

Actualizarse es la clave: mis alumnos ya no entienden qué significa 'si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos'

Hace un tiempo una profesora me decía, indignada, que detectaba que la gente copiaba. Y yo pensaba: “Pues, claro, ¿Qué tipo de trabajos les asignas susceptibles de ser copiados?”. Yo creo que eso es lo que nos interpela en estos momentos. Es decir, nosotros ¿Qué tipo de profesional, qué tipo de persona estamos intentando formar? y ¿Cómo lo hacemos?

Cada cual lo verá a su manera.

Nosotros formamos a una persona que sea capaz de generar documentos, que sea capaz de tener una visión crítica de estos documentos, que sea capaz de entender la realidad compleja en la que vive. ¿Y eso cómo se hace? ¿Generando un texto de creación propia de 100 páginas? Son más interesante otras cosas. ¿Cuáles? Vamos viéndolo, yo no soy el oráculo. En mi asignatura, que exige un 80% de presencialidad, examino sobre los debates que hemos hecho durante la clase que son distintos cada año.  Les pregunto: “Cuando estuvimos hablando del tema de la disciplina, surgió un debate muy interesante. ¿Qué destacarías? ¿Qué papel crees que tenía el profesor tal en el caso de disciplina como lo estuvimos discutiendo?”. Hay alumnos que no han asistido a clase y vienen el día del examen y dicen: “Es que no puedo responder el examen”. Contesto:“ Ya”. “Entonces, ¿Qué hacemos?”. “Ven el año que viene a clase”. 

Muchos profesores dicen que si tienen los apuntes los alumnos ya no van a clase.

Porque no es relevante. Puede no ser relevante la metodología, las actividades, los ejemplos, el contenido, puede no ser relevante el enfoque. En un artículo sobre tendencias de las mejores universidades destacaban que hay que hacer un examen permanente de cuán relevante es lo que hacemos los docentes y lo que ofrecemos. Todo está cambiando muy deprisa. Hay ejemplos que mis alumnos ya no entienden. Cuando yo hablo del círculo de exclusión, que es este fenómeno que pasa cuando una persona nace pobre y tiene muchos números de seguir pobre y de morir pobre y además morir antes que el resto y de tener una vida peor, yo les ponía la canción de Pedro Navaja, de la Orquesta Platería, que resume todo eso en una historia y en una frase: “Si naciste pa martillo del cielo te caen los clavos”. Este ejemplo ya no sirve porque no conocen la canción. O sea hay que cuestionarse si lo que hacemos sirve al propósito que tenemos por mucho que siempre lo hayamos hecho igual. 

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