Ambiente de nervios ante las pruebas de a la universidad (PAU) de este año que se celebrarán el 3, 4 y 5 de junio en la mayoría de comunidades y el 11, 12 y 13 en Catalunya. Los estudiantes (300.000 en España) muestran la inquietud que generan siempre estas pruebas, especialmente entre aquellos que necesitan nota para entrar en la carrera que desean.
En el instituto Sunsi Mòra, de Canet de Mar, los estudiantes apuran los últimos días para repasar o para ampliar materia. Este año al desasosiego habitual ante la incertidumbre se añaden algunos temores: habrá menos opcionalidad y mayor competencialidad.
“En física y química estamos aún acabando el temario. Yo voy a todas las clases de repaso porque quiero estudiar medicina en la UPF y necesito sacar muy buena nota, no puedo fallar en nada”, explica Arnau Rodrigo. Su compañera, Claudia Martínez, también quiere matricularse en medicina (en la UAB) y necesita una nota excelente. “Yo no estoy nerviosa por el temario, que sé que me lo sé, me doy miedo yo misma, por si me dejo cosas, por si me quedo en blanco”, suspira.
Profesores y padres aconsejan la calma. Sentarse, seguir las instrucciones de los del tribunal, que no miren las caras de los otros. Leerlo todo y responder primero a lo que ya se sabe. En preguntas abiertas, anotar los conocimientos en un esquema para no olvidar nada.
Historia: “No es igual que te pregunten hechos a que te pidan escribir una carta como un alcalde de la época”
Esta generación que se sumió en el confinamiento por coronavirus cuando cursaba 2º de la ESO y que ha pasado el resto de secundaria con medidas de flexibilidad y con menos exigencia (pasando de curso con suspensos), llegó a bachillerato estrenando un nuevo currículum basado en la competencialidad. Esos jóvenes se enfrentan ahora a cambios en las PAU.
En primer lugar, se reduce la opcionalidad que se amplió en junio de 2020 a los estudiantes que no habían podido completar bachillerato de forma presencial debido a la irrupción de la covid. Esta opcionalidad, que permitía a los alumnos escoger algunas preguntas entre dos propuestas de exámenes A y B, indistintamente, se mantuvo las siguientes ediciones y hasta el año pasado, 2024.
Esta convocatoria será como en tiempos precovid, deberán escoger entre uno de los dos bloques. Completarán A o B. Eso elimina la posibilidad de estudiar solo una parte de temario para obtener un 10, como ha sucedido en estos años, especialmente en historia. “Nos bajará la nota”, temen.
Esta convocatoria será como en tiempos precovid, deberán escoger entre el bloque A y el B
En segundo lugar, las pruebas de las PAU responden al currículum nuevo de la ley de educación socialista aprobada en 2020 (Lomloe) que desplegó el desarrollo de los estudios en 2022. Se dieron tres años a los centros educativos para implementarlo, un tiempo que los expertos estiman corto para un cambio tan profundo. En todo caso, este año ya se han adaptado al método competencial, una senda que Catalunya ya había emprendido y está más avanzada respecto a otras autonomías. En el 2026 se armonizará una prueba con todas las comunidades y habrá una nueva versión PAU.
Los exámenes PAU se estructuran en base a preguntas de respuesta abierta (tipo redactado más o menos extenso), preguntas de respuesta semiconstruida (respuestas muy breves, llenar agujeros, completar definiciones, relacionar conceptos...), y preguntas de respuesta cerrada (tipo test). Las preguntas tipo test no pueden ser superiores al 30% del examen.
Así, aunque una parte del examen son preguntas y respuestas directas, al menos un 25% requiere mostrar la capacidad de movilizar los conocimientos (relacionar, asociar, implementar). “No es lo mismo que te pregunten qué sucedió en un momento histórico determinado que te planteen que escribas una carta como si fueras un alcalde de un pueblo de Andalucía al principio de la Guerra Civil”, lamenta Marc Linares que cree que el examen será más difícil y que no han hecho suficientes simulaciones.
Comparar la condición de la mujer en dos periodos distintos a partir de dos documentos oficiales, o bien, simular ser un reportero que relata un acontecimiento incorporando el mayor contexto posible. “Puedes hacer muchas simulaciones de exámenes, pero es impredecible lo que te van a preguntar”, añade este estudiante.
Primer año sin lecturas obligatorias
Este es el primer año en que los estudiantes no se han preparado a fondo lecturas obligatorias para examinarse de lengua y literatura en catalán y castellano. hasta ahora se estudiaban autores y obras concretas (Mercè Rodoreda, Joan Puig i Ferreter, Carmen Laforet y Buero Vallejo, en la última convocatoria). Con los cambios de la prueba los dos puntos de literatura puede entrar prácticamente cualquier cosa (tópicos literarios, figuras retóricas, géneros, métrica) y cualquier autor o movimiento desde el siglo XIX. De este modo, los estudiantes les parece difícil sentirse bien preparados.
Fuentes del Departament de Recerca i Universitats señalan que no cabe preocuparse porque las PAU responden a lo que los estudiantes ya han estudiado en bachillerato, que ya se tienen aprobado. Y que la dificultad de las pruebas, sea mucha o poca, es igual para todo el mundo. Si bajan las notas, lo harán para todos los estudiantes presentados.
Finalmente, cabe recordar que la estructura no cambia. Hay una parte obligatoria (fase general) compuesta de cuatro exámenes (castellano, lengua extranjera y una a elegir entre historia de España e historia de la filosofía). Y una quinta en Catalunya, lengua y literatura catalana en Catalunya.
Faltas de ortografía
Por otra parte, se valora la presentación, coherencia, corrección gramatical, léxica y ortográfica en todas las pruebas. Así, las faltas penalizan un 10% en las materias que impliquen desarrollo escrito (como historia o filosofía), un 15% en los ejercicios de lengua extranjera y hasta un 20% en las de castellano y catalán. En este caso no se descuenta por faltas con un baremo específico, sino que la nota final del examen se puede reducir hasta 2 puntos en casos de errores gramaticales muy graves, redacción muy deficiente y problemas de comprensión. Esto no es nuevo en Catalunya, pero sí en muchas autonomías que este año deben aplicarlo.
A ello se añade un examen de la materia obligatoria de la modalidad de bachillerato cursada. Y la parte específica, voluntaria, para mejorar nota, con la posibilidad de hacer hasta tres exámenes.
Tampoco cambia el sistema de evaluación. La nota de (hasta 10 puntos) la determina la calificación de la prueba de (las materias comunes y de modalidad) junto con la nota media del bachillerato, con una ponderación del 40% y del 60%, respectivamente. Para llegar a 14, voluntario, se suman las calificaciones de las materias opcionales.
Las PAU 2025 incluyen todas las materias de modalidad de segundo curso de bachillerato, con la incorporación de: movimientos culturales y artísticos; coro y técnica vocal; dibujo técnico aplicado a las artes plásticas y al diseño; y técnicas de expresión gráfico-plásticas.