El dengue y el chikungunya podrían volverse endémicos en Europa debido al calentamiento climático que favorece la propagación del mosquito tigre, vector de estas enfermedades. Así lo advierte un estudio publicado el pasado jueves en la revista Lancet Planetary Health, que también señala como factores clave la urbanización y el desplazamiento humano.
El artículo agrega que cuatro mil millones de personas en 129 países están expuestas actualmente al riesgo potencial de contraer dengue o chikungunya, dos infecciones hasta ahora presentes principalmente en regiones tropicales y subtropicales. Sus principales vectores son Aedes aegypti, el mosquito de la fiebre amarilla, y Aedes albopictus, el mosquito tigre asiático.
El mosquito tigre, transmisor de ambas infecciones, llegó a Europa en 1990 a través de Italia y, desde entonces, se ha ido extendiendo hacia el norte
El estudio, financiado por el programa europeo Horizonte y basado en datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades y la OMS, analiza por primera vez los vínculos entre el riesgo epidémico de estas enfermedades en Europa y factores como el clima, la demografía, las condiciones socioeconómicas y los datos entomológicos, recopilados a lo largo de 35 años.
Desde la llegada del mosquito tigre al continente en 1990, su presencia se ha extendido hacia el norte, acelerada por el aumento de las temperaturas. El calor acorta su ciclo de desarrollo y multiplica la velocidad de replicación del virus en su organismo. Si bien el primer brote en Europa tardó más de 25 años en aparecer, su frecuencia y extensión han aumentado desde 2010.

Expansión del mosquito tigre en Europa desde 1994 hasta nuestros días
Así, solo en 2024, se registraron 304 casos de dengue, más que los 275 casos contabilizados en los 15 años anteriores. Y se identificaron focos autóctonos en cuatro países: Italia, Croacia, Francia y España. Casi la totalidad de los casos (95%) ocurrieron entre julio y septiembre, y tres cuartos estaban localizados en zonas urbanas o semiurbanas, y el cuarto restante en zona rural.
El estudio señala que las zonas donde los gastos de salud por habitante son más altos son también aquellas donde se ha detectado un mayor riesgo de epidemia, lo que sugiere que los casos se detectan mejor donde la vigilancia se ha reforzado. Y al contrario: en las zonas menos prósperas es más difícil de detectar.
El caso más paradigmático de la expansión del mosquito tigre sea quizás el de Italia, que en 1994 cubría solo el 12% del territorio, mientras que en la actualidad su extensión es total. En el caso de España, en 20 años se ha pasado de un escaso 3% de extensión territorial a superar el 50%.
Los investigadores destacan que por cada grado adicional en la temperatura media del verano, el riesgo de epidemia aumenta considerablemente. En escenarios de calor extremo, este riesgo podría multiplicarse por cinco hacia el año 2060 en comparación con el periodo 1990–2024.
El informe subraya la urgencia de mejorar la vigilancia epidemiológica, fortalecer los sistemas de alerta temprana y proteger a la población frente a estas enfermedades emergentes en el continente europeo.
Limitaciones
Pese a su solidez, el estudio reconoce sus limitaciones, como la posible subestimación del número real de casos debido a cuadros asintomáticos o a la variabilidad en la calidad de la vigilancia entre países.