Taxistas de Barcelona denuncian el alquiler de taxis a conductores sin ninguna credencial

La guerra civil del taxi

Élite Taxi apunta a de la principal asociación de profesionales paquistaníes del área metropolitana

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Colas de gente esperando un taxi a la salida de un concierto en Barcelona

Àlex Garcia / Propias

Guerra civil en el taxi del área metropolitana de Barcelona. Élite Taxi denuncia que unos cuantos taxistas de origen pakistaní se están aprovechando de sus compatriotas en peor situación, que les facilitan sus propios vehículos para que trabajen una noche tras otra a cambio de compensaciones más bien insignificantes, que de este modo muchas personas que carecen de la pertinente preparación obligatoria están ejerciendo la profesión de una manera fraudulenta.

“Hablamos de una mafia que está degradando del servicio del taxi en la ciudad que no nos podemos permitir –dijo este miércoles Alberto Álvarez, alías Tito, portavoz de Élite Taxi, de la principal asociación de taxistas de la conturbación de la capital catalana-. El taxi es una de las cartas de presentación de Barcelona ante el mundo entero. Según nuestras investigaciones, todos los indicios apuntan al entorno de PakTaxi, y estamos estudiando llevar esta cuestión a los tribunales muy pronto”.

La acusación

“Así los ponen a trabajar toda la noche, aunque no se sepan ni el idioma ni el callejero”

¿Alguna vez tuvieron que escribirle a un taxista la dirección de su destino en el Google Maps? ¿no se encontraron nunca con un conductor que apenas chapurrea el castellano? ¿en alguna ocasión dieron con uno que no sabía donde está el Palau Sant Jordi? Álvarez también detalló que un lustro atrás la Policía Nacional encontró unas cuantas falsificaciones para acreditar los obligados conocimientos de catalán y de castellano, y que hace un par de años el propio Institut Metropolità del Taxi (Imet) detectó el uso de cámaras y audífonos por parte de varios aspirantes para aprobar el correspondiente examen de taxista de manera fraudulenta. A raíz de todo aquello el Imet endureció sus controles en las pruebas.

“Aprobar el examen de taxista haciendo trampas es ya prácticamente imposible –abundó el propio Álvarez-. De modo que desde entonces lo que hace esta gente es alquilar sus propios taxis. Y a veces ni eso… Le dan 50 euros a uno, a quien sea, para que conduzca toda la noche y luego les entregue la recaudación. En ocasiones, aprovechando los parecidos físicos, también comparten algunos carnets de taxista, por si los para la policía. Se trata de un trapicheo muy parecido al que emplean muchos repartidores que, como no tienen papeles, pedalean empleando los perfiles de otras personas. En realidad todo esto es también un modo de explotación laboral. Unos se aprovechan de la situación de precariedad de otros”.

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Unos turistas toman un taxi en la plaza EspanyaA

Marti Gelabert / Propias

“Se le va la olla”, dijo Muhammad Iqbal, presidente de PakTaxi, en cuanto tuvo conocimiento de las palabras de Álvarez. “En realidad estas acusaciones responden a una estrategia electoral. Acabamos de comenzar la campaña electoral de la Taula Técnica del Taxi, y Élite Taxi trata de este modo de desprestigiarnos y hacerse con el voto de los taxistas paquistaníes. Nosotros estamos en contra de todos los piratas. Y si Élite Taxi sabe de algún afiliado nuestro que cometa estas irregularidades que nos lo diga claramente”.

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Álvarez también se esforzó en subrayar que personas de muchos países se emplean como taxistas en Barcelona, y que los asiáticos constituyen un colectivo muy importante de la profesión

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