Eduard Fernández, actor, 60 años: “Yo he estado en un proceso de adicción, por eso lo conozco bien; pasas épocas muy duras, y esa soledad en casa, no se ha contado”

Vips Séniors

Ganador de cuatro premios Goya, cuatro Gaudí, una Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, y tres Biznagas en el de Málaga, Eduard Fernández debuta como director con el impresionante cortometraje 'El otro', que parte de su experiencia personal con la adicción al alcohol

VALLADOLID, 24/10/2024.- El actor Eduard Fernández celebra este 2024 sus veinticinco años de trayectoria con dos películas (

El actor Eduard Fernández celebró en 2024 sus veinticinco años de trayectoria. 

NACHO GALLEGO / EFE

Considerado por muchos como el mejor actor de su generación, Eduard Fernández tiene, entre otros, cuatro premios Goya, cuatro Gaudí, una Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, y tres Biznagas de Plata en el de Málaga. El cortometraje con el que debuta como director de cine, El otro, supone un descarnado ejercicio de autoficción que llega al alma. El creador parte de su experiencia personal para mostrar la profunda soledad que puede causar la adicción, como también los miedos y monstruos que genera.

Como era de esperar, da una lección de interpretación, pero además muestra que domina el lenguaje audiovisual. “He pasado media vida en rodajes, en platós…”, apunta él. Nominado a cuatro Premios Fugaz en las categorías de Mejor Dirección Novel, Mejor Actor, Mejor Montaje y Mejores FX, reconoce que ha esperado 40 años a hacerla porque “tenía mucho lío, pero ahora puedo dedicar algo más de tiempo a mí mismo”. Porque, como señala, “cumplir años, al menos en mi caso, me ha traído más calma”. 

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Ahora puedo dedicarme más tiempo a mí mismo, cumplir años me ha traído más calma

Eduard Fernández

Acabo de ver su cortometraje El otro hace un par de horas y aún lo estoy procesando. Me ha parecido un descenso a los infiernos que pone la carne de gallina. ¿Qué le empujó a contar esta historia?

Yo tenía una imagen en la cabeza desde hace 40 años y quería grabarla. Luego construí la parte anterior de su vida, para justificar que un hombre saliera huyendo de un fantasma que, en el fondo, era él mismo. Lo construí todo para llegar a eso.

¿Por qué ha tardado 40 años en contar esta historia?

Las cosas tienen su tiempo. He actuado mucho, he hecho mucho teatro... Y de repente me apeteció. Ahora estoy más sereno, más tranquilo, y tengo tiempo para mí, para contar lo que me apetece. Me atreví, me ayudaron, y me gusta cómo ha quedado. Es cierto que si hubiera habido más dinero, más medios… Pero estoy contento. He recibido reacciones muy distintas: gente a la que no le ha gustado y gente a la que le ha tocado el alma. También personas muy potentes de la industria a las que le ha sorprendido que un actor contara algo así, con un lenguaje más de director que de intérprete.

En algunos momentos, recuerda a Buñuel.

Es inevitable (ríe). Inevitable y maravilloso también.

Paz Vega, tras dirigir su primera película, ha dicho que no quiere volver a dirigirse a sí misma. ¿Cómo fue para usted esa experiencia?

Muy sencillo, porque el corto era sencillo. Un personaje solo, sin interacción con otros. Yo tenía muy claro lo que tenía que hacer, por eso no me costó nada. No es lo mismo que rodar un largo. Si algún día hago una película, ya veré. Me gustaría contar una historia más larga, pero escribir un guion… Eso sí que es difícil. Por eso quiero empezar ya.

¿Va a escribir usted mismo el guion de un largo?

Sí. Con ayuda, claro, los guiones suelen ser un trabajo participativo. Pero sí, quiero escribir.

Yo he estado en un proceso de adicción, por eso lo conozco bien. Pasas épocas muy duras

Eduard Fernández

¿Le ha sorprendido algo del proceso de dirigir, algo que quizá no esperara?

Me sorprendió que fuera tan natural para mí. He pasado media vida en rodajes, en platós… Supongo que eso lo explica. Y he descubierto que mandar me gusta, mucho (ríe) poder decir, “acción”, y que no se mueva nada. Sentir que estás dirigiendo. Eso me encanta. Ahora estoy viendo si puedo llegar a los Goya. Hace falta haber pasado por siete festivales, y no entiendo por qué todavía no los tengo. Me gustaría que los académicos pudieran verlo.

Volviendo a su corto, ¿cree que puede ayudar a mucha gente?

Creo que sí, es uno de mis objetivos, que pueda ayudar a quienes han pasado por un proceso de adicción. O si le ha ocurrido a alguien cercano que te sirva para entender. Yo he estado ahí, por eso lo conozco bien. Pasas épocas muy duras. Y esa soledad en casa, no se ha contado. No se habla de las adicciones. Algo que habría que cambiar porque es muy necesario hacerlo. Cuando lo ves reflejado, toca, claro. Y si has estado ahí, si conoces esa soledad, te llega muy adentro.

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Al ver su película, pensé en lo que habló con Jordi Évole sobre su experiencia con la adicción. Todo encaja.

Sí. Hay una parte del cortometraje que es cierta, que parte de mi experiencia. Y luego hay ficción. Pero sí, quería crear a partir de una vivencia mía. Esa bajada a los infiernos que mencionabas es verte a ti mismo, pero hacerlo de verdad. Yo creo que es peor el fantasma de una cosa, que la cosa en sí. Cuando uno tiene miedo y no lo afronta, ese miedo se agranda. El personaje termina huyendo de algo que ni sabe qué es, hasta poderse mirar de frente. Hasta poder abrazar a su niño interior. Qué importante es hacerlo.

Hablando del niño interior: ¿cómo se recuerda usted de pequeño?

Pequeñajo y feliz, aunque también algo acomplejado, introvertido. Un poco para adentro, aunque me relacionaba con los líderes de la clase. Siempre me he buscado la vida. Recuerdo veranos muy felices con mis padres en Castelldefels. Tres meses en la playa, eso sí que eran vacaciones. Por eso, cuando llega el calor, pienso, ¿dónde está el mar?

¿Se tomará vacaciones este año?

Sí, terminé antes de ayer y hasta finales de agosto no tengo nada.

Eduard Fernández

Eduard Fernández

Cedida

Mi corto puede ayudar a las personas con adicción. Yo he estado ahí y pasas épocas muy duras, la soledad en casa no se ha contado

Eduard Fernández

¿Cómo llegó a convertirse en actor?

Yo era muy sensible, necesitaba expresarme. Los sentimientos son abstractos y difíciles de expresar. Empecé haciendo mimo, por una necesidad real de que me vieran. Me costaba socializar, hablar… Y poco a poco empecé a subir a los escenarios. Me llamaron para cosas y así fui haciendo el viaje hacia ser actor.

¿Cómo ha evolucionado como persona y como actor?

Aprendiendo, y colocando el ego en su sitio. He crecido trabajando, que es como más se aprende. Cada uno va estructurando su camino con lo que elige. Esta profesión tiene eso: aprendes en público. Se ve la evolución desde la primera a la última película. Yo he tenido la suerte de trabajar mucho, y ahora puedo elegir.

¿Hay algo que antes aceptaba y ahora ya no?

Claro, eso cambia con el tiempo. Si ahora me ofrecen un guion malo, pues digo que no. Antes, si no tenía más opciones, aceptaba. Aunque te digo una cosa, también se aprende, y mucho, haciendo malas películas. En esas estoy: evolucionando, creciendo, haciéndote mayor.

Tuve una infancia feliz y me relacionaba con los líderes de clase, pero también era algo acomplejado e introvertido

Eduard Fernández
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¿Ha sentido alguna vez ganas de dejarlo todo y dedicarse a otra cosa?

No, pero sí me gustaría trabajar la madera, o ser pintor o músico. Pero no aprender a hacerlo, sino ya saber tocar el saxo, o pintar. Aunque sé que no es posible sin dedicarle muchas horas, me encantaría saber hacer todo eso.

¿Cree que ser actor ha cambiado su forma de relacionarse con los demás y consigo mismo?

Sí, claro. Si uno lleva 40 años haciendo algo, sea lo que sea, eso te transforma y te enseña. En mi caso, sé muy bien cómo funciona este mundo, los egos, cómo uno cambia con el tiempo, cómo te entiendes mejor con ciertas personas… Vas creciendo. Y comprendes que nada es tan importante. Eso también te lo da la edad. Cumplir años, al menos en mi caso, me ha traído más calma.

Ha hablado de la importancia que ha tenido de la terapia en su vida. ¿En qué le ha ayudado?

A conocerme. A entender cómo son las relaciones. A veces uno cree que todos los que le rodean son idiotas. Te dices, no puede ser que todos los idiotas se hayan juntado a mi lado de repente, ¿no? Y comprendes que, en realidad, el que está teniendo un mal día, o una mala racha, es uno mismo. Es duro a veces decirte: hostia, ¿yo soy responsable de que esta persona me trate tan mal? Pues sí, en parte sí. La terapia me ha enseñado a asumir que uno tiene parte de responsabilidad en todo lo que le pasa. Porque si crees que no la tienes, no puedes cambiar nada. Pero cuando lo comprendes, entonces sí puedes avanzar. Es duro, pero esa es la única forma de evolucionar.

En terapia he aprendido a entender las relaciones, porque a veces uno cree que todos los que le rodean son idiotas y eres tú mismo

Eduard Fernández

¿Hay algún aprendizaje vital que le gustaría compartir con los lectores?

Eso que te decía, que nada es tan importante. Hay que vivir la vida, cada uno a su manera. Y entender que todas están bien.

¿Cómo se cuida físicamente?

Hoy, por ejemplo, fui a la dietista. Quiero perder unos kilos y empezar a hacer deporte acorde a mi edad. Me hace feliz estar en buena forma. A veces tengo kilos de más. Ahora me voy a poner a ello y los voy a perder.

¿Ha probado alguna vez el ayuno?

Sí, lo he probado todo. Pero prefiero cosas menos agresivas. Yo tiendo a ser exagerado, y es mejor ser más estable.

¿Qué deportes practica?

Nadar, caminar, hacer alguna cosita de gimnasia.

¿Qué tipo de personajes le interesa interpretar ahora?

Acabo de hacer de Santiago Carrillo, y me gusta hacer personajes históricos, aprendo mucho. También me gustaría interpretar a un loco. Pero, sobre todo, me encantaría rodar una historia de amor. Eso me gustaría mucho. Que el amor fuera la base de la película. Y hacer de un señor normal, al que le pasen cosas.

¿Tiene nostalgia de algo?

De la infancia. Y del mar. Ahora vivo en Madrid, aunque tengo casa en Barcelona. Voy y vengo. Pero echo de menos el mar siempre, sobre todo con este calor.

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Cuando te haces mayor ves las cosas con más distancia y tranquilidad, siento que tengo menos ambición

Eduard Fernández

¿Cómo vive el paso del tiempo?

Muy bien. Tiene gracia esto de hacerse mayor. Ves las cosas con más distancia, con más tranquilidad. Siento que tengo menos ambición, o una ambición más relajada.

Su cortometraje está nominado a cuatro premios Fugaz. Como actor, suele ganar todo. ¿Cómo lleva los certámenes de cine como director?

Antes me costaban mucho los premios. Me daba mucha vergüenza, que no es más que el ego mal puesto. Ahora lo recibo con deportividad y con alegría. Que la gente me diga, ‘oye, me ha gustado mucho tu trabajo’, es muy bonito. Y sin mucho más. Los premios no son reales hasta que te los dan, pero que te nominen ya es un gran reconocimiento.

¿Piensa alguna vez jubilarse?

No, siento que aún me queda mucho por hacer y disfruto mucho con cada proyecto.

Si pudiera hablar con el Eduard de 20 años, ¿qué le diría?

¡Lo que te espera, chaval! Pero hay que vivirlo y hay que disfrutarlo.

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